El 14 de enero de 2015, el fiscal argentino Alberto Nisman denunció a la entonces presidenta Cristina Kirchner por presunto encubrimiento del mayor atentado de la historia de Argentina y, cuatro días más tarde, apareció muerto de un disparo en la cabeza en su vivienda en una lujosa torre de Buenos Aires. Las primeras pericias apuntaron hacia la hipótesis del suicidio, pero tras el análisis de nuevas pruebas la Fiscalía a cargo de la investigación dijo que Nisman fue asesinado. De ser así, diez años después del presunto crimen, sigue sin conocerse quiénes fueron los autores materiales e intelectuales del mismo.
El último informe, difundido la última semana, se sumó a un
expediente que tiene ya más de 20.000 fojas. En él, el fiscal Eduardo Taiano
corrobora que fue un homicidio. Según el análisis de las evidencias, hubo dos
asesinos que ingresaron en el departamento de Nisman entre la noche del 17 de
enero y la madrugada del día 18. Lo inmovilizaron, lo trasladaron al baño y,
para simular un suicidio, lo arrodillaron antes de dispararle con un arma que
era propiedad de un asistente de Nisman, Diego Lagomarsino. Para el fiscal
Taiano, las numerosas irregularidades detectadas horas antes del hecho y durante
el procedimiento forense posterior fueron decisivas para impedir una rápida
identificación de los autores del crimen y poder encontrarlos. A continuación,
las claves de un presunto crimen que sigue impune.
¿Qué investigaba Alberto Nisman?
Alberto Nisman era el fiscal que investigaba el atentado perpetrado en 1994 contra la AMIA, un gran centro comunitario judío, en el que murieron 85 personas y más de 300 resultaron heridas. Nisman acusó formalmente a Irán de ser el cerebro del atentado —supuestamente ejecutado por la milicia chií Hezbolá— y en 2006 pidió a Interpol la captura de cinco exaltos cargos del Gobierno iraní. La negativa de Teherán a extraditarlos y a permitir que fueran interrogados mantuvo la causa frenada durante años, pero en 2013, el Gobierno argentino anunció la firma de un memorándum de entendimiento con Irán que preveía la creación de una Comisión de la Verdad integrada por juristas internacionales y la posibilidad de que la Justicia argentina pudiese interrogar en Irán a los acusados. Ese memorándum nunca entró en vigor. Aun así, en enero de 2015, Nisman se presentó ante los tribunales para hacer una grave denuncia: acusó a Kirchner y a su canciller, Héctor Timerman, de pactar la impunidad con los acusados iraníes a cambio de un acuerdo comercial que suponía comprar petróleo a cambio de granos. El informe del fiscal Taiano concluye que Nisman fue asesinado por investigar el encubrimiento del atentado de la AMIA.
Nisman iba a comparecer ante el Congreso el lunes para
mostrar las pruebas que motivaron la denuncia contra Kirchner, así que planeó
pasar el fin de semana encerrado en casa preparando la exposición. Sus
custodios intentaron contactarse con él sin éxito el domingo 18 por la mañana,
pero aunque no respondía a sus llamadas no avisaron a sus superiores hasta
horas más tarde. La Justicia sospecha que fue asesinado entre la noche del
sábado 17 de enero y la madrugada del domingo 18 en el baño. El fiscal Taiano
ha reprochado a los peritos que estuvieron en la escena que nadie tuviese un
termómetro para medir la temperatura corporal de Nisman y la temperatura
ambiente y poder establecer así un horario de muerte más preciso. También, que
en la primera inspección los investigadores no detectasen una posible vía de
escape de los presuntos asesinos: la puerta metálica que daba acceso desde la
cocina de la vivienda a un espacio donde estaban los aires acondicionados y que
comunicaba con el departamento vecino. El análisis de las cámaras de seguridad
del edificio mostró que algunas no funcionaban, otras tenían saltos temporales
en las grabaciones y había puntos ciegos que permitían a alguien entrar y salir
sin ser visto.
¿Quiénes están procesados?
Hasta el momento hay cinco personas procesadas en la causa,
ninguna como sospechosa de ser el autor material o intelectual del presunto
homicidio de Nisman. El caso más complicado es del perito informático Diego
Lagomarsino, que trabajaba como asistente de Nisman: está procesado como
partícipe necesario por haber proveído el arma cuyo disparo mató al fiscal. Los
cuatro custodios que tenían a cargo la protección del fiscal, los policías
Rubén Benítez, Luis Miño, Armando Niz y Néstor Durán, están procesados por
incumplimiento de deberes de funcionario público y, en los tres primeros casos,
también por encubrimiento de homicidio. “Abandonaron la consigna vigente en
reiteradas ocasiones y por lapsos de tiempo prolongados. De esta forma, no sólo
se vio facilitado el accionar homicida que terminó con la vida del fiscal, sino
también la libertad de manipular la escena sin ningún tipo de control”, subrayó
el fiscal Taiano.
Un incendio sospechoso
El informe del fiscal Taiano menciona un incendio que se desató en el subsuelo de la Casa Rosada en la víspera de la muerte de Nisman. Las llamas destruyeron el registro de los ingresos y egresos de la sede del Gobierno argentino que había solicitado Nisman para verificar las reuniones vinculadas al Memorándum con Irán de 2013. La copia de resguardo del material se encontraba en el mismo disco que la información, por lo que también se perdió.
La recolección de pruebas en la casa de Nisman tras su
muerte se hizo de la peor manera posible. Más de 80 personas estuvieron
presentes durante el procedimiento y varias fueron captadas sin el calzado
adecuado ni guantes e incluso se sentaron en la cama del fallecido. A la hora
de manipular el arma, un perito desliza su dedo por la corredera, borrando
posibles huellas dactilares. Después, la pistola fue apoyada en una mesita de
luz, sin tomar los resguardos necesarios.
El rol de los servicios de inteligencia
El fiscal Taiano ha pedido al Gobierno que desclasifique la
información de inteligencia amparada por el secreto que tenga en su poder
relacionada con el presunto crimen de Nisman. Taiano investiga una red de
contactos entre espías en las horas previas y posteriores a la aparición del
cuerpo y el hackeo del teléfono celular de Nisman con un virus para acceder a
su contenido. Además, el fiscal sospecha que Lagomarsino tenía un vínculo mayor
al que admite con los servicios de espionaje.
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